¡Hola, delicia! Vuelvo a traerte una reseña sobre un
libro que terminé de leer hace un par de días (y con el que estrené mi Tumblrde frases de libros y el hilo de frases de libros en Twitter ) (que se note poco
la publicidad). Se trata de:
¡The Dog Master! Como
su propio subtítulo indica (a novel of
the first dog), el libro trata sobre, precisamente, eso: el primer perro.
En el marco de un antropólogo al que le informan de que se ha encontrado el
primer fósil de una tumba en la que también yace un perro, el autor, W. Bruce
Cameron, nos cuenta la historia de cómo la humanidad pasó de ser presa del
lobo, a domesticarlo y conseguir que se convierta en el mejor amigo del hombre
que es hoy.
Tengo que decir antes de empezar que puede resultar un
poco frustrante y lioso la manera que tiene el autor de contarte la historia.
Aunque cuando vas avanzado el libro y ya estás más centrada se te hace muy
interesante, los continuos saltos en la línea temporal hacen que no te aclares
muy bien sobre si X acontecimientos sucedieron antes, y por tanto son causa, o
por el contrario sucedieron después, y son efecto, de los que estás leyendo.
Hay varias subtramas que se entremezclan hasta dar forma a la trama final, más
importante, y la forma en que lo hacen puede ser algo liosa, especialmente si
no estás acostumbrado a fijarte en los títulos de cada capítulo (como,
básicamente, me pasa a mí). La historia se desarrolla fundamentalmente entre
dos clanes prehistóricos: los Wolfen, que se creen descendientes del lobo y por
tanto actúan a imagen y semejanza de estos cánidos, y los Kindred, hijos del
sol, típica tribu prehistórica con sus migraciones y sus repartos de tareas en
la comunidad y sus todo. En un mundo hostil en el que están lejos de ser el
Depredador Supremo™ que somos ahora los humanos, estos dos clanes deberán
luchar no sólo contra otros animales mucho más preparados para matar que ellos,
sino contra la propia naturaleza: se encuentran en los albores de la última
glaciación.
Partiendo de la base de que nunca había oído hablar de
este autor, he de decir que me he llevado una grata sorpresa con su manera de
escribir. He leído el libro en inglés y, si bien algunas partes se me hacían
complicadas por el vocabulario (armas o alimentos que puede que no haya en la
actualidad, la verdad es que no me he puesto a buscar las traducciones aún), en
general el texto es bastante asequible e incluso bonito. Especial belleza
tienen las partes en las que el autor quiere esmerarse más o que ya de por sí
tienen que ser hermosas a la fuerza: el fragmento en el que la más anciana de
los Kindred explica de dónde vienen es de mis partes favoritas del libro.
Además, aun siendo una novela que se centra en la más
tierna infancia de la humanidad, me ha sorprendido por tratar temas con los que
aún nos encontramos hoy. Los problemas que surgen entre las tribus son
básicamente de dos tipos: amorosos y de poder. Personajes que no pueden estar juntos,
otros que harán lo que sea por mantenerse un rato más al frente de sus tribus…
en fin, cosas que no nos son desconocidas aún.
La forma de escribir la novela, como ya he dicho, es más que
correcta. El autor se adapta a cada punto de vista en el que se centra, con
especial importancia de los momentos en los que son los lobos los
protagonistas. Se pasa de hablar más de vistas a olores, de sentimiento de individualidad
a unidad en la manada. Cameron consigue que te sientas parte de la manada, e
incluso te hace creer que realmente estás corriendo a cuatro patas en un bosque
prehistórico persiguiendo a alces porque tienes que alimentar a tus crías antes
de que se acerque el invierno.
Mención especial se merece el lenguaje de las tribus.
Para empezar, llaman a su lengua, “La Lengua” (lo cual tiene sentido, si te
paras a pensarlo). Hay palabras tan cotidianas como “joder” que ellos no
utilizan (porque en inglés se supone que viene de unas siglas que vendrían a
significar algo así como Fornication Under Control of the King), o “OK”, y, lo
que más me llamó la atención, es que en
ningún momento hay ninguna contracción. En este libro no te encuentras
jamás un “I’m”. Siempre es I am. Supongo que tiene su lógica, pero
nunca había pensado que, de tener que escribir en una especie de español
arcaico, las formas más largas serían las que predominaran.
Si ya de por sí la historia tenía que gustarme sí o sí,
como buena amante de los perros que soy, tengo que decir que los agradecimientos
y la nota del autor son incluso mejores que la novela. Después de leer sobre
académicos, te esperas a un escritor aburrido y pagado de sí mismo, así que qué
sorpresa más agradable te llevas cuando te encuentras con que este hombre es un
cachondo, que te regala frases del tipo “tuve que preguntar sobre el tipo de
tecnología que había en la época, y resultó que los iPods aún iban a tardar en
inventarse”, “por lo que sabemos, esta gente podría haberse gritado a la cara
XD” o, mi preferida “Lo único mínimamente científico que podría decirte si me
pones delante a una calavera es que «este tío está muerto».”
Lo mejor: Participar
de los descubrimientos e invenciones de la humanidad, y su mitología. Además,
la primera pintora de cuevas resulta ser una mujer. Así me gusta. Los coños
mandan.
Lo peor: los
continuos cambios de posición en la línea temporal pueden hacerse muy liosos y
hacer que no te enteres muy bien de lo que está sucediendo.
La molécula
efervescente: la explicación para el cambio de color de hojas en otoño.
Naturalmente, para las tribus prehistóricas, que no tenían calefacción ni
mantas eléctricas, ni siquiera calcetines gorditos, el invierno venía a ser la
encarnación del demonio. Y la naturaleza luchaba una ardua batalla hasta
conseguir superarlo. Batalla a la que se unían los árboles, y los árboles sangraban, y de ahí el cambio de
color de sus hojas cuando el invierno se acerca: la batalla se ha vuelto más
cruda y están perdiendo.
Grado cósmico: Galaxia
{5/5}. Tanto el lenguaje, como los puntos de vista, como la mitología y la
historia en sí no han hecho más que conquistarme. Y los comentarios del autor al
acabar la novela no han sido más que la guinda del pastel.
¿Y tú? ¿Has leído este libro, o algo de este autor? Si es
así, házmelo saber en un comentario. Y si no, ¿te han entrado ganas de leerlo?
Toda reacción es bienvenida, ¡adoro leerte, no me dejes con las ganas! ❤
Hola Erika!!
ResponderEliminarPues no lo conocía para nada^^ ni el autor ni el título :)
Me alegra que te haya gustado tanto! aunque personalmente no es de mi estilo jeje, creo que lo dejaré pasar
besitos guapa
¡Hola, Shine!
ResponderEliminarEs una lástima, yo creo que te gustaría, pero allá cada cual ☺
besitos ♥